domingo, 14 de septiembre de 2008

Oropesa. 20 de Agosto de 2008


Encuentro en Oropesa del Mar el día 20 de Agosto de 2008 entre dos antiguos laborales:
Juan Vicens Sempere y Juan Manuel Pérez Agudo

A raíz del maravilloso descubrimiento de ésta página de AA de la Universidad Laboral de Córdoba, solicité al amigo Juan Antonio Olmo la búsqueda del compañero y sobre todo amigo, Juan Vicens Sempere , de Alcoy (Alicante) que no sabía nada de él desde la época de la UNI, aproximadamente unos 45 años.


Mi sorpresa fue que al día siguiente de ésta petición recibo la llamada telefónica de Juan Vicens Sempere que había visto mi escrito y como es natural, porque sigue siendo un tío cojon…………no dudó en contactar rápidamente conmigo.





Fue algo inolvidable, no me lo podía creer, pero era bien cierto.


Hablamos largo y tendido como en las películas, explicándonos mutuamente cómo nos había ido y nos iba la vida desde aquellos tiempo lejanos que éramos dos niños “casi de biberón”.


Tuvimos plena satisfacción en nuestro intercambio del repaso de nuestras respectivas vidas, sobre todo porque dentro de la normalidad, de los años pasado y cumplidos, de los avatares que cada uno ha tenido como es natural, seguimos siendo (sobre todo él) personas normales y sencillas. Ninguno presumió de nada, de grandezas, de logros conseguidos, de faroles familiares o profesionales, etc, etc, (que tanto se lleva) y eso aún nos recordó más nuestro paso por la UNI, porque básicamente en el fondo seguimos siendo los mismos. Bien es cierto que nos alegramos de conocer a las respectivas esposas, que como no nos oyen diremos que no nos las merecemos, nos congratuló compartir esa digamos bienaventuranza, sin ánimo de pedantería alguna, así como del bienestar y salud de los más allegados.


En el fondo creo que algo o mucho de la formación humana obtenida en nuestra Universidad Laboral también refleja el sentimiento de las personas en momentos como estos, que tanta falta hace, cuando los derroteros de la educación, formación, libertad bien entendida, respeto propio y hacia los demás, etc,etc, han cambiado tanto de aquellos tiempos a estos.


Transcurridos ésta primera toma de contacto seguimos hablando durante finales de Julio/2008 y la primera quincena de Agosto para tratar de vernos de la manera que fuese. Al final pudimos concertar un encuentro para el día 20 de Agosto de 2008 en Oropesa del Mar para comer juntos a mediodía; más o menos partimos el camino entre provincia de Castellón y Barcelona.



Para quedar en Oropesa acordamos la cita en el mismo Ayuntamiento de la ciudad, y él sabía cómo era yo por las fotos que había puesto en la página de AULACO, pero yo no lo había visto desde los 45 años mencionados.


Efectivamente a la hora acordada, yo lo estaba esperando y cuando llegó con su automóvil ya me alertó y saludó desde lejos.

Cuando nos vimos el abrazo que nos dimos fue de antológico emocionándonos ambos, yo tanto como en mis mejores celebraciones y alegrías sobre todo familiares.


Después de las oportunas presentaciones de las esposas dimos un paseo por la playa y comimos los cuatro, en un restaurante próximo, a mediodía.


Ellos disfrutaron enseñándonos películas y fotos de sus nietas, que en honor a la verdad son preciosas, y mi esposa llevaba consigo el álbum de las fotos de la boda de nuestro hijo mayor que también disfrutó de que las vieran estos amigos tan entrañables, porque a mí de momento no me han hecho abuelo, por eso dispongo de más tiempo libre para estas cosas y otros entretenimientos.


Como es natural él y yo recordamos tantas y tantas anécdotas vividas en la UNI siendo el motivo principal de la comida y sobremesa.


Juan Vicens recordó un pasaje que ocurría con frecuencia con el Padre Ángel de Cea, cuando estaba por las noches vigilando después de apagarse las luces de los dormitorios y siendo hora de dormir hasta el día siguiente. Resulta que en algunas habitaciones unos eran más movidos ó traviesos que en otras habitaciones, y después de estar todo apagado y en silencio se montaba una “guerra” de almohadazos de padre y muy señor mío que se notaba en toda la planta o mejor en toda el ala de la planta del colegio.

Entonces llegaba el Padre Cea descubriendo el “evento” y habitualmente sacaba a los componentes de la habitación al Hall del centro y los “castigaba” de rodillas y en pijama (el castigo solía durar 30 segundillos). Pero en otras ocasiones, en verdad las menos, cuando llegaba el Padre Cea y veía el vuelo de almohadas mostraba su extrañeza y ni corto ni perezoso se unía a la guerra de los lanzaalmohadas siendo uno más de los guerrilleros de la noche; claro está que después hacía salir a la habitación entera “castigada de rodillas” pero con la ventaja de que el tiempo se reducía a sólo diez segundillos.



Bien el encuentro no dio para mucho más por el tiempo que disponíamos, no obstante seguimos en comunicación y nos volveremos a ver D.M. el próximo 1 de Noviembre en Córdoba.


Es estupendo poder recordar, hablar, y reunirte con personas tan estimadas después de tanto tiempo. Quizás sea reiterativo y pesado, pero el mérito de Juan Antonio Olmo no tiene precio y a muchos, nos está haciendo verdaderamente felices.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.